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“El Señor es mi Pastor, nada me falta!
Aunque pase por valles oscuras
Nada temo, porque vas siempre conmigo!” Ps 22.
Hermana María Maddalena, Teresa Lonardini, nació en Capriano del Colle (Brescia) el 11 de noviembre de 1942 de Giuseppe y de Luigia Falappi.
Ingresó al Postulantado el 10 de setiembre de 1965, ella empezó su noviciado y dos años después, el 9 de marzo de 1967, pronunció sus primeros votos.
Después de una preparación profesional como profesora, en 1973 ella va para Nueva Caledonía, donde se quedará tres años, enseñando en la escuela primaria de la Foi y de Thio.
En Julio de 1976, regresa a Italia por sus vacaciones en familia, y en el mes de octubre del mismo año, salió para Burundi, Africa. Se quedará allí por cinco años, trabajando como formadora de los neo catecúmenos de Ndava, Rutana y Kiremba.
En 1982, regresa a Italia por un tiempo de vacaciones y de formación. El año siguiente, le pidieron de ocuparse de la promoción vocacional en Brescia. En junio de 1983, ella empezó un tiempo de formación primero en Roma y después en Canada.
En 1986, fue nombrada como superiora provincial de la Provincia de Italia/Rwanda. Después de 4 años de este servicio y un tiempo de descanso, ella seguirá cursos de Teología y de Biblia en el Instituto “Lumen Vitae” en Bélgica.
Volvió a Burundi y en 1944, tomó un curso de inglés en Nairobi, Kenya en visto de su servicio en el campo de refugiados en Tanzania donde se quedará por tres años. Regresando a Italia para un tiempo de descanso, siguió otro tiempo de formación en Roma.
En 1999, le pidieron de encargarse de las novicias en Senegal. Regresó otra vez a Canadá por otro periodo de formación. Después, se quedó por dos años en el Senegal en la casa del Noviciado.
En la ocasión del Capitulo General del 2001 en Roma, fue elegida como Consejera General. Se encargará de esto hasta finales del 2008.
Comienzo del 2009, regresa por un nuevo servicio en los campos de refugiados de Darfour, esta vez en Tchad. Regresando a Italia el 03 de junio del 2011, le han diagnosticado un tumor.
Hermana María Maddalena vivió en la confianza y en la paz los largos meses en que ella luchó contra esta enfermedad. Quería mucho a la vida y estaba lista para darse todavía al servicio de la misión. El Señor le pidió el servicio del sufrimiento para participar con El a la obra de la salvación y la transformación de la humanidad.
Cuando HnaM.Maddalena entendió y aceptó esta nueva Misión, una vez más ella quería dar todo lo que pudo.
Tres días antes de su muerte, durante uno de estos compartir fraternos con ella, me pidió: “¿Por qué la hora no llega”?Le pregunté si desea verdaderamente que esta hora llegue y que si esta lista para ir al encuentro con el Señor que tanto esperaba. Dirigiéndose al Señor, me respondió: “Si, estoy lista Señor, he dado todo, eso creo. Ven Señor, te quiero, Ven!”
Hermana M. Maddalena nos dejó en la paz y en la confianza el lunes 23 de enero de 2012 a las 11h 20.
Gracias, Maddalena por el testimonio de fe y de amor hacia la Misión que nos has transmitido aun durante tu enfermedad. Has vivido con tenacidad y coraje, cada situación que la vida te presentaba. Has querido mucho a nuestra Congregación y estamos seguras que has ofrecido tus sufrimientos por todas nosotras también.
Una de nuestras hermanas encontró un mensaje escrito por ti a en uno de tus aniversarios de profesión: “…Hoy, celebro en la privación y en la soledad del desierto, que me invita a entrar en mi misma, los 44 años de vida religiosa. Doy gracias al Señor y a María, quienes con su fidelidad me ayudaron a no arrepentirse jamás del “SI”. Al contrario, haciendo memoria de las bendiciones recibidas, me siento humanamente colmada y espiritualmente satisfecha de esta vida”.
Tu si, jamás arrepentido, ha resonado de nuevo en este periodo de sufrimiento, en el cual te has abandonado totalmente en las manos del Señor. Cuantas veces has querido escuchar una y otra vez el Salmo 22: “El Señor es mi pastor, nada me falta. Aunque pase por cañas oscuras, nada temo porque está siempre a mi lado”.
En esta celebración eucarística que te presenta a tu Señor y Pastor, Le agradecemos por el don inmenso que te ha hecho: la certeza de su presencia, junto a ti, hasta el último día.
Te acoge hoy en su paz y en su alegría. Que puedes junto con las personas que te han precedido celebrar la FIESTA ETERNA.
Hna Grazia Anna Morelli smsm,
Superiora Provincial