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La hermana Malia Felisita (Kelematina FALANIKO) tenía los ojos brillantes cuando se reía, o cuando se empeñaba en algo con determinación. La artritis en los pies, que tuvo desde joven, la detuvo un poco, en su compromiso misionero, que la iba a llevar a muchos lugares.
Nació en la isla de Nukunonu, Tokelau el 6 de agosto 1943, Kelematina Falaniko. Era una excelente estudiante y obtuvo una beca que le permitió enviarla a estudiar en Samoa en los años 60. Ella y otras dos fueron aceptadas en el colegio de Santa María, Vaimoso. Ellas llegaron allí al mismo tiempo.
Kelematina vino a Nueva Zelanda para entrar en la Congregación de las Hermanas de la Sociedad de María e hizo su profesión como Hermana Malia Felisita el 8 de diciembre 1965 en Heretaunga. Fue enviada a Nueva Zelanda por dos años: primero en San Brendan, Heretaunga, y después en la residencia de Santa Ana en Auckland. En 1968, regresó a Samoa, Leulumoega de allí se fue a Vaimoso donde estudió por dos años. Hizo sus votos perpetuos en diciembre 1971.
Durante el transcurso de los años, Felicita visitó su familia y su Iglesia Local en Tokelau. Visitas como estas eran siempre una fuente de alegría, siendo ella la primera religiosa de Tokelau. En 2000, se juntó con un grupo en peregrinación a Futuna no solamente para rezar en la tumba de San Pedro Chanel y más tarde nuestras primeras pioneras pero también para encontrarse con la familia de su papá en Sigave.
Hna Malia Felisita enseñó en Samoa, St Mary´s Savalalo durante 20 años, en Falealupo, colegio del gobierno, por 2 años (1980-1981), y en la primaria del colegio católico en Leone y Lepua (Samoa Americana). Recordamos también su capacitación en la Universidad de Corpus Cristi, Suva Fiji y en Montessori por capacitación de larga distancia para su enseñanza a los pequeños. Hna Felisita tenía la reputación de ser muy estricta y de vez en cuando, los niños y los papás sentían miedo de ella. Pero al mismo tiempo los niños corrían detrás de ella. Conocían su corazón aun cuando los regañaba. Estaba ahi no solamente para los pequeños sino también para sus hermanas. Las Hermanas que vivían con ella, podían o ponerse furiosa con ella o admirarla, inspirarse en ella y amarla como con su hermana.
En 1988 Hna Felisita era una de nuestras pioneras smsm en Kiribati, trabajando allí hasta 1995. Ella sentía que el futuro era empezar con el jardín de los pequeños para que los niños sigan adelante y disfruten de la educación. Empezó con un exitoso proyecto de unión entre la comunidad católica de Kiribati y los miembros de la Iglesia Protestante de Buota. Investigaba sobre programas de capitación para los profesores de kínder hasta la Universidad del Pacifico del sur. En la mayoría de los programas, la Hna Felisita era la primera en promover el programa pre-escolar que ahora está en muchos lugares de Tarawa y además se extendió hasta otros lugares.
Pero ella no se concentró solamente en los pequeños. El Obispo Paul Mea quería introducir el movimiento de Focolare en Kiribati e involucrar especialmente a los jóvenes. La Hna Felisita pidió asumir este reto y durante 1989 y 1990 tenía que viajar hasta Australia no solamente para familiarizarse con la enseñanza pero también con el nuevo movimiento. Con lideres inexpertos, pasaba muchas tardes en maneabas, y se quedaba hasta muy tarde con los jóvenes. En 1991, fue nombrada como directora del movimiento de este movimiento.
Mientras formaba los lideres del movimiento, su responsabilidad era buscar fondos para una cuenta permanente de los jóvenes. Felisita empezó también un programa de cria de pollos y cerdos y también jardines de verduras. Para nosotras smsm, esto nos recuerda un proyecto similar para la generación de fondos, propuesto por un obispo, en los inicios de nuestra historia.
Después de casi 8 años en Kiribati, Hna Felisita regresó a Samoa como Superiora de la comunidad de Savalalo y trabajo con los alcohólicos y sus familias, el programa de rehabilitación. Desde 2000, enseñaba en Leone y Savalalo. Fue coordinadora del programa de recuperación en el Colegio de Santa María en Savalalo, donde más de 900 alumnos lograron sus estudios, antes de que ella se fuera a Nueva Zelanda. Hna Malia Felisita tenía el don del coraje como las pioneras. Fue la única de Tokelau como smsm. Sea en Samoa, Kiribati o Nueva Zelanda, siempre confiaba en ella misma. Vivía plenamente el don de ella misma al Señor para la misión, hasta la vida de su propia gente y de su querida isla. Su sentido de humor y su capacidad de reírse de si misma la ayudó mucho para seguir adelante. Se entregó completamente al servicio de la misión al estilo de María para el Reino de Dios. (Const.23)
Una mujer que animaba constantemente a los demás, Felisita experimentó las dificultades de su confianza con la experiencia que tuvo con un adolecente preso y que después fue liberado de la cárcel de Betio gracias a su intercesión. Se comprometió a ayudarlo. Además entregó el programa administrativo del movimiento Focolare a los de su confianza.
Su contante mensaje hacia su familia y hacia los demás fue: “SEAN SIEMPRE FUERTES”. Dios era su fuente de coraje y de fuerza. Como María, ella deseaba servir a Dios para siempre, “fuerte en su amor”. Hemos experimentado su valentía cuando vimos como vivió los últimos días de su enfermedad. Felisita llegó a Nueva Zelanda desde Samoa con un fuerte dolor en la espalda el sábado 27 de Junio 2009. Como resultado de su visita médica y de los análisis, fue hospitalizada el martes 30 en el hospital Middlemore. Le diagnosticaron múltiples mielomas y empezó quimioterapia. Tenía un cáncer muy avanzado y solo con medicinas podían aliviarle los dolores. En la fiesta de la Transfiguración, 6 de agosto en compañía de sus sobrinos y de las smsm, celebró sus 66 años de vida. Fue con dificultad que pronunció algunas palabras. El día siguiente se sintió más y más débil y al final el Señor la llamó a la vida eterna el 8 de agosto.
Hna Malia Felisita dejó algunas instrucciones especificas para su funeral: una celebración muy sencilla al estilo de los maristas y muy alegre… Una celebración de su vida llena de gratitud, por todo el amor y las bendiciones que recibió durante su vida.
Dios no regaló a la Hna Malia Felisita y ahora la entregamos en sus manos.
Hna Patricia Leamy, smsm
Asistente provincial